lunes, 14 de noviembre de 2011


"No tengas miedo" le susurre "Somos como una sola persona" De pronto me abrumo la realidad de mis palabras. Ese momento era tan perfecto, tan autentico. No dejaba lugar a dudas.
Me rodeo con sus brazos, me estrecho contra el y hasta la ultima de mis terminaciones nerviosas cobro vida propia.
"Para siempre" concluyo.




—Y de ese modo el león se enamoró de la oveja... —murmuró. Desvié la vista para ocultar mis ojos mientras me estremecía al oírle pronunciar la palabra.


— ¡Qué oveja tan estúpida! —musité.


— ¡Qué león tan morboso y masoquista!